Hay muchos relatos eroticos con respectos a primas calientes pero el que contaré sobre mi prima perversa creo que será uno bastante interesante por todo lo que encierra.
Ella vive en argentina Buenos Aires y en las últimas vacaciones de verano fue a mi casa junto a su madre, ella para entonces venía de una ruptura amorosa donde había pasado de todo, sexo por primera vez, alcohol, un poco de drogas y celos, muchos celos.
Una relación tóxica que ya no quiso acordarse más y decidió despejar su mente en la casa de campo de mis padres, una vez que llegó la saludé y noté que había crecido bastante.
La niña flaquita y tabla no existía y ahora era una joven de 19 años con un culazo y tetas en forma de pelotita.
Le gusta vestirse de manera provocativa así que siempre resalta su buena figura, en ese entonces ibamos todos los días al lago y ella muy llamativa iba con bikinis muy pequeños
En algunas ocasiones se ganó unas llamadas de atención de su madre, por ello se iba solo cuando ella no estaba y allí aprovechaba en acompañarla para estar solos.
Entre broma y broma agarramos confianza hasta el punto de besarla pero como era obvio me dijo que solo quedaría en un beso, como me habia correspondido el beso seguí insistiendo.
Al día siguiente le propuse caminar por la tarde cuando todos descansan y ella accedió. En esa tarde le confesé lo que sentía por ella.
Me gustaba no solo por como era conmigo si no por su cuerpo y me dijo que por el hecho de ser primos no podía aceptarme pero que también le gustaba.
No tuvimos la oportunidad de tener sexo, pero ahora nos comunicamos por chat y le pedí que me dedicara un video, y para mi sorpresa me envio un video porno.
Las ganas de verla son enormes y ya no solo ir a conversar si no buscar un hotel apartado y cogerla duro a mi prima perversa como he querido hacerlo hace meses.
